EL BURRO Y LA HORMIGA
Había una vez un burro que se llamaba Alfredico. Este burro vivía en una granja situada en un país
llamado Magnápolis. Alli solo vivían animales de muchas especies. Era un lugar mágico, donde estos seres podían hablar. La paz y la armonía reinaba sin cesar. Todo el mundo reía, jugaba, compartía....La guerra, el hambre, la injusticia, el odio y la desigualdad eran conceptos que allí no se entendían.
Pero un día...-¡Iiii oooh! ¡Iii oooh! ¡Que agustito estoy en mi granja!-dijo el burro.
Él estaba comiéndose unos deliciosos raviolis en casa mientras veía el partido de los Blue Ermitations versus Red Brakers. Comentado por Matías Prats.
De repente.
-Interrumpimos la conexión para informarles de una importante noticia. Millones de hormigas están invadiendo nuestro país. Este éxodo lo está provocando el hambre y la sequía.
-¡Ah! ¡Una hormiga en mis raviolis!
-¡Por favor déjame comer! ¡Tengo mucha hambre!
El burro muy enfadado echó a la hormiga de su plato. Ella se marchó muy triste y hambrienta. Al de unos minutos Alfredico vio cinco hormigas que se marchaban de la granja, y de forma repentina, recordó las historias que su abuelo le contaba cuando era pequeño.
-Cuéntame un cuento grandpa, solía decir Alfredico todas las noches. Esa era la forma que cariñosamente tenía para llamar a su abuelo.
Una de esos cuentos fue una historia real, de hecho le sucedió a grandpa durante la guerra animal de los 5 años. Durante ese tiempo sufrió hambre y odió a todos los demás animales. Pero su pensamiento cambió cuando un ratón llamado Mouse le dio de comer en una situación crítica y le salvó la vida.
Esto hizo reaccionar a Alfredico que fue en busca de las hormigas. Fue solidaria con ellas y les dio de comer. Todas en ese momento pensaron que no por ser diferentes deben odiarse.
Había una vez un burro que se llamaba Alfredico. Este burro vivía en una granja situada en un país
llamado Magnápolis. Alli solo vivían animales de muchas especies. Era un lugar mágico, donde estos seres podían hablar. La paz y la armonía reinaba sin cesar. Todo el mundo reía, jugaba, compartía....La guerra, el hambre, la injusticia, el odio y la desigualdad eran conceptos que allí no se entendían.
Pero un día...-¡Iiii oooh! ¡Iii oooh! ¡Que agustito estoy en mi granja!-dijo el burro.
Él estaba comiéndose unos deliciosos raviolis en casa mientras veía el partido de los Blue Ermitations versus Red Brakers. Comentado por Matías Prats.
De repente.
-Interrumpimos la conexión para informarles de una importante noticia. Millones de hormigas están invadiendo nuestro país. Este éxodo lo está provocando el hambre y la sequía.
-¡Ah! ¡Una hormiga en mis raviolis!
-¡Por favor déjame comer! ¡Tengo mucha hambre!
El burro muy enfadado echó a la hormiga de su plato. Ella se marchó muy triste y hambrienta. Al de unos minutos Alfredico vio cinco hormigas que se marchaban de la granja, y de forma repentina, recordó las historias que su abuelo le contaba cuando era pequeño.
-Cuéntame un cuento grandpa, solía decir Alfredico todas las noches. Esa era la forma que cariñosamente tenía para llamar a su abuelo.
Una de esos cuentos fue una historia real, de hecho le sucedió a grandpa durante la guerra animal de los 5 años. Durante ese tiempo sufrió hambre y odió a todos los demás animales. Pero su pensamiento cambió cuando un ratón llamado Mouse le dio de comer en una situación crítica y le salvó la vida.
Esto hizo reaccionar a Alfredico que fue en busca de las hormigas. Fue solidaria con ellas y les dio de comer. Todas en ese momento pensaron que no por ser diferentes deben odiarse.
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